Para la recuperación de archivos borrados en Linux, Scalpel. La instalación de esta utilidad es trivial -en Ubuntu, por ejemplo,basta hacer un sudo apt-get install scalpel- y una vez instalada tendremos que editar el fichero /etc/scalpel/scalpel.conf para establecer las extensiones de archivos que queremos recuperar.
El lanzamiento de la utilidad tiene esta sintaxis:
sudo scalpel /dev/sdX -o ~/RECUPERADOS
Siendo X el número de partición que queremos escanear y donde se supone que teníamos el fichero borrado. El proceso tarda -puede llegar a una hora o más, según el tamaño de la partición- pero si tenemos suerte en el directorio RECUPERADOS que hemos creado podremos ver cómo están los archivos que buscábamos.
Ojo, hay que ser realistas con este tipo de herramientas: la recuperación de archivos depende del momento en que la ejecutemos. Si hemos borrado un fichero y a los pocos minutos nos damos cuenta de que queremos recuperarlo tenemos muchas probabilidades de conseguirlo. Pero si queremos recuperar algún fichero de meses atrás, lo tenemos mucho más complicado.
La explicación es sencilla: durante todo ese tiempo habremos utilizado el disco duro de forma intensa, escribiendo y eliminando otros datos y, por tanto, modificando los sectores del disco, que estaban marcados como disponibles cuando borramos los ficheros y que por lo tanto pueden haber sido ocupados con otro tipo de información.
El lanzamiento de la utilidad tiene esta sintaxis:
sudo scalpel /dev/sdX -o ~/RECUPERADOS
Siendo X el número de partición que queremos escanear y donde se supone que teníamos el fichero borrado. El proceso tarda -puede llegar a una hora o más, según el tamaño de la partición- pero si tenemos suerte en el directorio RECUPERADOS que hemos creado podremos ver cómo están los archivos que buscábamos.
Ojo, hay que ser realistas con este tipo de herramientas: la recuperación de archivos depende del momento en que la ejecutemos. Si hemos borrado un fichero y a los pocos minutos nos damos cuenta de que queremos recuperarlo tenemos muchas probabilidades de conseguirlo. Pero si queremos recuperar algún fichero de meses atrás, lo tenemos mucho más complicado.
La explicación es sencilla: durante todo ese tiempo habremos utilizado el disco duro de forma intensa, escribiendo y eliminando otros datos y, por tanto, modificando los sectores del disco, que estaban marcados como disponibles cuando borramos los ficheros y que por lo tanto pueden haber sido ocupados con otro tipo de información.