miércoles, 26 de enero de 2011

Recupera ficheros eliminados en Linux

Para la recuperación de archivos borrados en Linux, Scalpel. La instalación de esta utilidad es trivial -en Ubuntu, por ejemplo,basta hacer un sudo apt-get install scalpel- y una vez instalada tendremos que editar el fichero /etc/scalpel/scalpel.conf para establecer las extensiones de archivos que queremos recuperar.

El lanzamiento de la utilidad tiene esta sintaxis:
sudo scalpel /dev/sdX -o ~/RECUPERADOS

Siendo X el número de partición que queremos escanear y donde se supone que teníamos el fichero borrado. El proceso tarda -puede llegar a una hora o más, según el tamaño de la partición- pero si tenemos suerte en el directorio RECUPERADOS que hemos creado podremos ver cómo están los archivos que buscábamos.

Ojo, hay que ser realistas con este tipo de herramientas: la recuperación de archivos depende del momento en que la ejecutemos. Si hemos borrado un fichero y a los pocos minutos nos damos cuenta de que queremos recuperarlo tenemos muchas probabilidades de conseguirlo. Pero si queremos recuperar algún fichero de meses atrás, lo tenemos mucho más complicado.

La explicación es sencilla: durante todo ese tiempo habremos utilizado el disco duro de forma intensa, escribiendo y eliminando otros datos y, por tanto, modificando los sectores del disco, que estaban marcados como disponibles cuando borramos los ficheros y que por lo tanto pueden haber sido ocupados con otro tipo de información.

lunes, 24 de enero de 2011

Cibercrimenes

El llamado mercado negro del cibercrimen, que tradicionalmente se centraba en la distribución de números de tarjetas bancarias robadas a usuarios de todo el mundo y credenciales de acceso a banca online, han diversificado su negocio en 2010 ofreciendo todo un abanico de productos y servicios. 

Se ha descubierto una red de venta de datos bancarios robados así como otro tipo de productos, operada por cibercriminales, que cuenta con hasta 50 tiendas online a las que sólo se puede acceder mediante el contacto previo personal con los 'hackers' encargados de su promoción en foros y chats.

Ahora, los datos bancarios van acompañados de una larga lista de datos personales del titular de la tarjeta o cuenta, con los que se puede operar. Todo ello desde un precio de 1,50 euros (2 dólares) por tarjeta de crédito sin información adicional y sin garantía de saldo.

Si el comprador quiere garantía de dinero existente en línea de crédito o en la cuenta online del banco, tendrá que pagar un poco más: desde 59 euros (80 dólares) para saldos bajos y hasta 518 euros (700 dólares) por credenciales de acceso a una cuenta con un saldo garantizado de 61.000 euros (82.000 dólares).

Igualmente, estos ciberdelincuentes ofrecen la venta de máquinas duplicadoras de tarjetas físicas (de 148 a 741 euros) y de falsos cajeros automáticos (hasta 2.594 euros por unidad y según modelo), o tarjetas bancarias ya duplicadas físicamente listas para ser utilizadas (a partir de 133 euros).

CONFIANZA EN EL VENDEDOR

Como si de cualquier otro tipo de negocio se tratara, el mercado negro pone a disposición del comprador todos los datos que necesita para confiar en el vendedor. Muchos de ellos ofrecen datos de acceso a cuentas bancarias o de tarjetas de crédito robadas a modo de prueba, y garantizan su material. Por ejemplo, si el cliente no queda satisfecho, le devuelven el dinero.

El contacto se realiza siempre a través de aplicaciones de mensajería instantánea, para garantizar el anonimato o mediante direcciones de correo electrónico gratuitas genéricas.

La transacción puede hacerse directamente a través de una dirección web con usuario y contraseña de acceso a una tienda online. Y el pago siempre se hace por adelantado y utilizando compañías de envío de dinero, como Western Union, Lyberty Reserve, WebMoney o similares.